Jornada mundial por la evangelización de los pueblos
En esta jornada mundial recordamos y celebramos la vocación misionera de la Iglesia .
Pedimos al Señor que nos ayude a vivirla plenamente. Hemos de realizar la tarea evangelizadora, primeramente por el anuncio directo del Evangelio con todos los medios a nuestro alcance: palabra (evangelización, homilía, catequesis), liturgia, medios de comunicación social (prensa, radio, televisión, Internet), literatura, arte, fiesta y convivencia.
En un segundo lugar, el anuncio y la palabra deben ir acompañados con el testimonio de la vida y de los signos, es decir, con el compromiso de los cristianos por la promoción humana desde su dignidad de persona a su condición de hijos de Dios y hermanos de los demás.
La fe en Cristo Salvador y el servicio a la misma, es lo que atrae a los predicadores del Evangelio.
¡Una verdadera epopeya de fe, de servicio a la evangelización, de confianza en la fuerza de la cruz de Cristo!
La Palabra de Dios necesita labios humanos para ser proclamada.
Se precisan por eso, en primer lugar, suficientes vocaciones sacerdotales y religiosas. Es necesario que, en el silencio de la oración, que brota de la lectura de la Palabra divina, muchos hombres y mujeres escuchen la llamada de Dios, que invita a dejar las redes de los propios intereses, para seguir de cerca a Cristo, para asociarse con total entrega a su estilo de vida, a su donación desinteresada a todos y cada uno de los hombres encontrados en el camino.
¿Qué mejor homenaje se podrá rendir a los primeros misioneros de América Latina que el de seguirles en su entrega total a Cristo, y el de organizar — a escala diocesana, nacional y continental — una intensa acción catequética que lleve a un mejor conocimiento de la Palabra revelada y a un mayor empeño en traducirla en vida? " SAN JUAN PABLO II
Unámonos en oración para que aquellos que no conocen a Cristo Jesús puedan llegar un día a descubrir el gran tesoro de la fe.
https://www.vicariadepastoral.org.mx/domund_10/hojas/2010_09.html