La Epifanía de Nuestro Señor Jesucristo en la Tradición Bizantina

03.01.2019 14:33

En todas las tradiciones cristianas de Oriente la Epifanía celebra la manifestación del Verbo de Dios encarnado, en un contexto trinitario y cristológico.

En la tradición bizantina la Epifanía es una de las doce grandes fiestas, con una "pre-fiesta" que inicia el 2 de Enero y una octava que termina el 14 de Enero. Este tiempo quiere mostrar como la Iglesia, dócil a la liturgia, se prepara a la celebración de un gran evento salvífico y como lo vive durante ocho días, que ponen en evidencia la plenitud del misterio celebrado.

Uno de los textos más significativos es la gran bendición de las aguas, celebrada al final de las Vísperas o al final de la Divina Liturgia del día y que por lo general se lleva a cabo en la fuente bautismal de la iglesia. La oración, atribuida a Sofronio de Jerusalén, es un amplio texto que constituye una celebración en sí misma.

De la fiesta se pueden subrayar tres aspectos: En primer lugar, la manifestación de la divinidad en clave trinitaria: el bautismo de Cristo en el Jordán manifiesta la revelación del Verbo de Dios, e incluye también la del Padre y la del Espíritu. En segundo lugar, la celebración manifiesta la obra salvífica de Cristo, evidenciada en el bautismo y llevada a cumplimiento en su humillación. En tercer lugar, la celebración de la Epifanía significa también la comunicación de la gracia del Espíritu Santo a los hombres por medio del agua del bautismo.

Consagración de las aguas para que sean fuente de perdón, purificación y vida nueva para los bautizados: "Para que sea santificada este agua con la virtud y la potencia y la venida del Espíritu Santo. Para que descienda sobre estas aguas la acción purificadora de la supersubstancial Trinidad. Para que podamos ser iluminados con la luz del conocimiento y la piedad por la venida del Espíritu Santo. Para que este agua pueda llegar a ser don de santificación, purificación de los pecados para la curación del alma y del cuerpo". Amén.

 

 

Fuentes consultadas:

(Publicado por Manuel Nin en L'Osservatore Romano el 5-6 de Enero de 2009; traducción del original italiano: Salvador 

Aguilera López)